La cultura inclusiva en Chile es un ámbito que pareciera inexplorado en comparación al nivel de conciencia en países del primer mundo, particularmente en el conocimiento referente a las características y abordaje del Trastorno del Espectro Autista, condición que hoy en día es mucho más visible, y estudiada desde diversos contextos.
Como panorama general, podemos decir que existe una disfuncionalidad en ciertas áreas del cerebro que perjudican la capacidad en la cual la persona percibe y socializa con terceros. Por ende, empeora la interacción social y comunicación. Para clarificar y ahondar en ello, te invitamos a leer el siguiente artículo.
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¿Qué es el Trastorno del Espectro Autista según la OMS?
Citando la información que nos brinda la Organización Mundial de la Salud (OMS), los trastornos del espectro autista (TEA) “Son un grupo de afecciones caracterizadas por algún grado de alteración del comportamiento social, la comunicación y el lenguaje. Sumado a un repertorio de intereses y actividades restringido, estereotipado y repetitivo”.
¿Qué es el Trastorno del Espectro Autista?
El trastorno del Epectro Autista es una condición de base neurobiológica, adscrito a una particularidad en el sistema nervioso y a su funcionalidad a nivel cerebral, afectando dimensiones de carácter social, comunicativo, con un restrictivo patrón del razonamiento y de la conducta, las cuales no son determinantes, pues, se puede presentar en diversos grados y aspectos, siendo absolutamente distintivo entre un individuo u otro.
La versión anterior del manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM IV, definió y entregó subcategorías del Trastorno del Espectro Autista entre: Trastorno Autista, Trastorno de Asperger, Trastorno Desintegrativo Infantil y Trastornos Generalizados del Desarrollo.
Donde Trastorno Autista, Trastorno Desintegrativo Infantil y Trastorno Generalizado del Desarrollo, se connota como un trastorno más severo, asociado a un déficit cognitivo importante, con prevalencia en la carencia de la conducta adaptativa.
Mientras que el Trastorno de Asperger, enfrenta condiciones a una escala de inteligencia dentro de los valores promedio o incluso sobre éste, con un déficit en el área de comunicativa, a nivel social, con patrones de conducta inflexibles y estructurados, que impiden un desarrollo adecuado en dos o más contextos frente a la autonomía y la planificación.
A la actualidad estos postulados son modificados y publicados en el Manual diagnóstico de Trastornos Mentales (DSM V), donde aquellas subcategorías descritas se eliminan, atrás para abarcar a todos las nominaciones como parte de una sólo diagnóstico, dado a que pese a su amplia gama de variabilidad, los componentes de convergencia concuerdan en disfunciones interpretativas y comunicativas.
Por otra parte, cabe mencionar que gracias a los estudios y especializaciones en el área ha incrementado la factibilidad de identificar el autismo en edades tempranas (desde el primer año de vida), lo cual favorece en proporciones las opciones de abordaje en las disciplinas del área emocional, fonoaudiológica, sensoperceptiva y escolar.
¿Cuáles son los síntomas de un niño autista?
Como aspecto básico, existen dificultades con las interacciones sociales, los niños no captan algunos signos como el contacto visual, expresiones faciales o el lenguaje corporal. Sumado a una dificultad para formalizar relaciones interpersonales y establecer relaciones en un grupo, su percepción al interactuar con otros se basan en sus propios intereses, parecen ser distantes, también existen limitaciones en la proximidad, donde generalmente evaden el contacto físico.
Mientras que para comunicarse, presentan cierto retraso en el desarrollo del lenguaje desde los primeros meses de vida, lenguaje expresivo que se demuestra desde la sonrisa social adquirida aproximadamente a los 3 meses de vida, como la intención comunicativa mediante balbuceos y primeras palabras y/o frases, que con el desarrollo del tiempo no toman un sentido de coherencia para conseguir un objetivo específico.
Con el desarrollo y conforme a su crecimiento, se observan áreas referidas a disfunciones en habilidades del área pragmática del lenguaje, tanto a nivel receptivo, como dificultades atencionales y de interés, desde lo que comunica su interlocutor, selección de información relevante(atingente al objetivo de lo que quiere decir el otro); y habilidades interpretativas, de lo que intenta expresar el otro (lenguaje corporal, gestual o metáforico en el uso de sarcasmo o ironías). Y por otra parte deficiencias en el área expresiva en la intención comunicativa, comunicación de ideas relevantes al tópico conversacional y al contexto, como también el respetar turnos al hablar.
Por otra parte, los niños autistas tienen ciertos patrones repetitivos del comportamiento, sumado a que sus intereses y actividades salen de la media. Por ejemplo, llegan a presentar una profunda preocupación por determinados temas. Se enfrascan en las rutinas, rituales, itinerarios además de tener un apego inusual con algún determinado objeto, ya sea un juguete, una prenda, manta, entre otros.
Además, padecen patrones motores en los que acostumbran a exhibir actividades o gestos poco usuales de manera continua, uno de los casos más comunes es girar objetos, mover las manos o los dedos sin sentido o balancearse sobre tus talones cada vez que tengan la oportunidad, lo que favorece en cierta medida la autorregulación frente a la sobrecarga de estímulos del ambiente.
Como también, en casos más severos, tienden a provocarse heridas, ya sea morderse el brazo o en defecto agreden físicamente a los demás, dada las mismas circunstancias sobre estimulantes del medio.
Existen comorbilidades de las que pueden aparecer rasgos de hiperactividad como por el contrario de importantes grados de hipoactividad en su quehacer rutinario.
Una de las características más reconocidas en torno a los niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA), es que pueden ser extremadamente sensibles a los sonidos, imágenes, sensaciones y olores. Por ejemplo, el percibir alguna fragancia les provoca vómitos, las luces brillantes, ruidos o un abrazo hacen que el infante se retire de forma brusca y se irrite o descompense en sobremanera.
También pueden ser considerablemente sensibles al dolor o en el otro extremo, son marcadamente insensibles, tanto así que ante algún corte, lesión e inclusive fracturas no darán señal alguna de molestia. Por cierto, demuestran entre muy poco o nada de miedo frente al peligro, tanto así que dicha percepción no se hace ver en su mente.
¿Cómo diagnosticar el trastorno del espectro autista?
No hay un análisis único para diagnosticar el Trastorno del Espectro Autista (TEA), pero los médicos tienen varios mecanismos para ello. El primero de ellos es una lista de criterios y cuestionarios. Se realizan una serie de preguntas al infante, según sus respuestas, fijándose especialmente en el lenguaje corporal y comunicación oral.
Desde una mirada especialista, el neurólogo es quien mayormente indaga mediante estudios, como encefalogramas si hubiesen patologías asociadas a déficit cognitivos.
Asimismo, hoy en día existen escalas de evaluación nutren el conocimiento y entregan mayores variables de los rasgos predominantes de la persona con autismo, en su comunicación con el entorno y las interacciones sociales. Tales como la escala de evaluación ADOS- 2; o evaluaciones que apunten a los componentes de inteligencia como una escala psicométrica.
A esto siempre se le suman las pruebas de audición, ya que se ha comprobado que las personas autistas presentan deficiencia en este sentido. Estas evaluaciones se acompañan con test del habla y lenguaje, para así estudiar las habilidades que presenta el individuo para la comunicación.
¿Cómo evaluar a un niño autista?
La mejor forma para evaluar si un niño es autista o no es con las pruebas que mencionamos en la sección anterior, de esta manera se corrobora si el infante está aprendiendo las destrezas básicas a su debido tiempo o en defecto esté sufriendo retrasos. Cada instrumento consta de determinados rangos etarios en relación a su aplicación y valoración, por ello cada cual perfila su área de desarrollo en función de los objetivos a desarrollar.
¿Qué es el autismo hereditario?
Una de las preguntas que se hacen muchas personas es saber si el autismo es hereditario, lo primero que debemos decir es que estos trastornos no son adquiridos tras el parto. Estos problemas tienen una base neurobiológica.
Esta base es heredada y parte de la misma se origina por influencia de estímulos ambientales, por factores del propio desarrollo o bien la conjunción de agentes genéticos y externos. En el autismo hay una predisposición genética, pero el grado de la misma no se ha corroborado para determinarse si es completamente hereditaria.